Sabía que pasaría solo que no quería darme cuenta de ello.
Puede que antes hubiera encontrado razones para permitirme estar cerca de el
sin que nada ocurriese pero ahora ya no las tengo, me encontraba confundida,
desesperada pero bajo todo eso irrevocablemente enamorada.
Tal vez de imaginar lo que pasaría no habría propuesto el ir a su casa… Ja! A
quien engaño, lo hubiera aceptado.
Lo recordaba bien había sido una tarde durante vacaciones, tales que yo no
había podido disfrutar del todo porque tuve que hacer curso de verano y el iba
a un entrenamiento de futbol, salimos casi al mismo tiempo de nuestros
respectivos asuntos y decidimos irnos juntos. En el transcurso a casa decidí
preguntarle que si podía estar en su casa ya que después tenía que volver al
instituto y mi casa quedaba más lejos y no quería hacer tantos viajes y también
quería pasar tiempo con el pero decidí guardarme para mi la ultima razón, el
acepto con gusto. Ahí empezó mi tormento.... Continuar leyendo